El 16 de agosto, en el suburbio de Guayaquil, un incendio provocado por un cortocircuito cobró la vida de un niño de 6 años.
A pesar de que familiares allegados al niño lograron salir, el menor de edad quedó atrapado entre las llamas voraces. Un morador del sector arriesgó su vida entrando a la casa sin protección alguna y logró sacar el cuerpo del infante mientras los bomberos apoyaban con ventiladores para intentar sacar el humo de la vivienda.
El Cuerpo de Bomberos intentó reanimarlo pero no lo consiguieron, fue trasladado de urgencia a una casa de salud, donde finalmente se confirmaría su fallecimiento.