Los zarumeños están de fiesta, pues hoy celebran con bombos y platillos a su patrona, la Virgen del Carmen, advocación mariana por la cual sienten devoción, respeto y cariño. Para recordar la efeméride habrá misas en las iglesias católicas del cantón y varios grupos han organizado reuniones de oración para vivir con espiritualidad la fecha.
Jorge Ortega Vega, un zarumeño de cepa, que ahora vive fuera del terruño, es un entusiasta de la Virgen del Carmen y, pese a estar lejos de Zaruma, cada 16 de julio, dedica momentos de su día para evocar a la Virgen del Carmelo.
“Mis padres, mis abuelos y por generaciones tenemos presente nuestras tradiciones; pero va más allá de una costumbre regional, se trata de fe y de agradecimiento. Vemos en la Virgen del Carmen, a la madre universal que con su amor nos protege y nos ayuda en todo momento”, expresó Ortega.
De acuerdo con la historia, la imagen de la Virgen del Carmen que tiene su lugar en la Iglesia Matriz de Zaruma, fue tallada en madera en 1912 en un taller de Quito, por parte del comité de festejos. El costo en ese entonces fue de 200 sucres, monto recaudado entre los feligreses.
Según la tradición carmelita, el 16 de julio de 1251, la imagen de la Virgen del Carmen se le había aparecido, a San Simón Stock, superior general de la Orden, entregándole el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita, prometiendo librar del castigo eterno a los que lo llevasen. El escapulario recibió reconocimiento papal en 1587 y ha sido respaldado por los pontífices posteriores y es por eso que gran número de zarumeños alrededor del mundo lo portan en sus cuellos o los llevan en carteras o billeteras.